Cómo usar el jengibre en la cocina
El jengibre es una raíz de apariencia algo extraña que, sin
embargo, aporta un sabor aromático y delicioso a los platos, especialmente a
aquellos de la cocina asiática. Y es que justamente esta especia proviene de
Asia, y aunque en occidente solemos emplearla más como planta medicinal para la
elaboración de distintos remedios caseros que en la gastronomía, esta raíz aporta un toque
realmente único a nuestras preparaciones.
Cómo conservar el jengibre
Cocinar con jengibre es una tarea bastante simple, sin embargo
una raíz rinde para muchos platos pues basta un poco para darle sabor a tu
preparación, por eso resulta importante conservarlo adecuadamente.
Si
planeas dejarlo en la nevera, podrás conservarlo durante 3 o 4 semanas, en
cambio congelado puede durar hasta 1 año. Para conservarlo se recomienda
envolverlo en papel aluminio sin apretarlo demasiado, o en papel film
(transparente) siempre sin pelar. En el caso de que lo vayas a congelar, es
también recomendable trocearlo en pedazos de máximo un dedo de ancho, así
podrás usar uno cada vez que lo necesites.
Otra
manera de conservar el jengibre es
pelándolo y laminándolo en finos trozos, que puedes cortar con el pela patatas,
y colocarlo en un frasco de cristal cubierto de aceite de oliva o jerez.
Cómo cocinar con jengibre
fresco
Al
momento de cocinar con jengibre es
importante tener claro que basta un poco para darle sabor a tus platos. Puedes
usar un par de láminas de jengibre para saborizar el aceite de oliva en el que
planeas sofreír unos vegetales orientales, solo coloca los trozos delgados de
jengibre y deja sofreír por 5 minutos a fuego lento, luego retira y coloca los
vegetales. Te sorprenderá el increíble sabor que dejará.
Otra
alternativa muy simple es rallar un poco de jengibre fresco para incorporarlo en tus ensaladas, su
sabor es intenso y algo picante, por eso si disfrutas de esta raíz este es el
modo más simple de usarla en la cocina, pero no es el único.
También
puedes animarte a preparar un aperitivo delicioso como las aceitunas rellenas de
jengibre, un plato que dejará a todos con la boca abierta.
Además
puedes introducir un par de láminas de jengibre en la preparación de pescados
enteros como la trucha o el salmón. Esto le dará un toque perfumado e intenso
que recuerda a la cocina oriental. Y si solo quieres un ligero sabor pero no
una presencia total, puedes frotar el pescado o el pollo crudo con un poco de
raíz de jengibre y luego cocinarlo según tu preferencia ¡verás que bueno queda!
Es
bueno recordar que además el jengibre cuenta con muchas propiedades
medicinales, siendo ideal para mejorar la digestión, reducir la hinchazón y
pesadez estomacal y combatir
los resfriados y la
tos gracias a sus propiedades antibacterianas y descongestionantes, por lo que consumirlo en infusión te será de gran
ayuda.
Cómo cocinar con jengibre
molido
El jengibre molido es también muy popular, y solemos
encontrarlo en tiendas de especias orientales o africanas. Muy usados en estas
cocinas, resulta tan versátil como cualquier otra especia, por lo que podemos
integrarlo a multitud de platos.
Una
buena forma de cocinar con jengibre molido es incorporarlo como aderezo en
platos de sabor intenso, por ejemplo en el pollo
al curry viene
genial si sumamos una pizca de esta especia, lo que le dará un toque diferente
y sin duda mucho más sabroso. Sirve muy bien como aderezo de carnes, pescados y
vegetales, usándose del mismo modo que empleamos cualquier otra especia para
darle sabor a la comida, pero recordando siempre que es intenso y que debe
emplearse de forma moderada.
Otra
área donde el jengibre seco es muy popular es la repostería. Las galletas
de jengibre son tremendamente populares, siendo típicas en la
época navideña, aunque puedes elaborarlas todo el año siguiendo nuestra receta
que explica cómo
hacer galletas de jengibre. Si disfrutas su sabor, no dudes incluirlo
en la masa de tus tartas y postres, ofreciendo un sabor exótico y delicioso.
Cómo cocinar con esencia o
confitura jengibre
La confitura de jengibre,
aunque no se encuentra de forma tan habitual, es usada normalmente para
rellenar o decorar postres, como ingrediente en preparaciones dulces con el fin
de darles un sabor diferente o como una mermelada, untada en el alimento de
nuestra preferencia. También puede incorporarse a salsas, especialmente si
estamos preparando algún plato oriental. Aunque resulta deliciosa, suele tener
un toque dulce bastante elevado, por lo que se debe usar con atención.
La
esencia de jengibre también funciona igual, siendo reina en la repostería. Pero
tal y como ocurre con otras esencias, como la de vainilla, si nos excedemos en
su uso aportaremos un sabor demasiado dulce e intenso, por eso conviene emplear
solo un toque que no sobre pase la cucharadita.
Cómo cultivar jengibre
Cuando
compres un jengibre, fíjate muy bien que no tenga arrugas, de que no esté
blando o de que tenga moho. El jengibre debe estar firme. Presta atención y
mira que tenga algún brote verde.
Si el trozo de jengibre que tienes todavía no tiene ningún
brote, no te preocupes. Sólo tienes que ponerlo en un bol con agua a
temperatura ambiente y dejarlo durante toda la noche.
Si por
el contrario, en el jengibre que tienes ya ha salido algún brote verde sólo
tienes que plantarlo directamente sin tener que dejarlo en remojo en agua.
Para plantarlo
debemos ponerlo sobre la tierra en horizontal y enterrarlo solamente a una
profundidad de unos 5 cm dejando siembre los brotes en la parte superior, es
decir, que no queden enterrados.
Puede ser plantado tanto en exterior como interior. Pero al ser
una planta tropical recomiendo más su disposición en interior para así evitar
las heladas y las exposiciones muy prolongadas al sol. Yo seleccionaría como
recipiente de plantación una jardinera, pero cuanto más profunda mejor. ¿Y por qué
un jardinera? Pues la razón es muy fácil. El rizoma del jengibre por regla
general crece de forma horizontal al suelo. Por lo tanto nos interesa tener la
gran superficie que nos aporta este tipo de recipientes.
En cuanto a la localización
cerca de una ventana pero sin tener todo el día sol directo, aunque le encanta
la luz, no soporta bien su exposición directa.
Para la preparación de la
maceta, rellenaremos el fondo de la jardinera con piedras (para facilitar
el drenaje, que aunque necesite un ambiente húmedo, no soporta los suelos
encharcados) y llenaremos la maceta con 1/3 de arena (en tienda de animales se
puede comprar arena de río para acuario que es perfecta) y 2/3 de un buen
sustrato con mucha materia orgánica, así conseguiremos que no haga falta
abonarlo, y tendremos un jengibre más sano y saludable.
En cuanto a los riegos,
el jengibre no necesita mucha cantidad de agua cada vez que lo regamos, pero
debemos asegurarnos de que la tierra siempre está ligeramente húmeda. Lo mejor
es echar agua periódicamente en un plato que pongamos debajo de la maceta o
bien poner un riego por goteo que vaya aportando pequeñas cantidades de agua
poco a poco de forma constante.
Tanto
el sol directo durante muchas horas como las bajas temperaturas pueden
perjudicar el crecimiento del cultivo. Lo mejor es mantener el jengibre durante
su primera etapa de desarrollo en una zona donde reciba poca luz y a una
temperatura de unos 20 ºC, y no debe estar a una temperatura mínima de 10 ºC.
Para cosechar el
jengibre debes esperar a que las hojas vayan tomando un tono amarillento. Suele
tardar unos 10 meses más o menos, dependiendo de si ha tenido las condiciones
más idóneas para su desarrollo. Si tardas mucho más en cosecharlo el jengibre
se volvería demasiado fibroso.
A los 8-10 meses, en invierno la planta ya será madura, se
secará y dejaremos de regarlo (ya que en la época latente no lo necesita) y
será también la época de recolecta de la
misma y de acondicionamiento del sustrato, retirando el jengibre que
queremos consumir, dejando en la tierra un trozo de rizoma para la siguiente
temporada y añadir algún sustrato orgánico en caso que lo necesite.
No es necesario esperarse que la planta esté en latencia
para su recolección, a partir de los cuatro meses ya podemos coger pequeños
trozos en caso de necesidad, cavando un poco y buscando un rizoma fresco (hacer
un corte limpio para evitar enfermedades), pero esto nos mermará la producción
y la vigorosidad de la planta.
Para llegar a tener flor, el rizoma debe estar plantado como
mínimo dos años, así que si recolectamos antes de los dos años no esperemos ver
ninguna flor. Pero todo sea dicho, la flor no tiene ningún valor culinario,
solo decorativo. ¡Y el fin de cultivar Jengibre en casa es comérselo! Pero eso
ya lo dejo a tu elección
¡Ahora ya no hay escusa para tener Jengibre siempre fresco
en casa!
¿Te animas? ¿Cual está siendo tu experiencia con el
Jengibre?
¿Sabes cuantos beneficios tiene el jengibre? Descúbrelos aquí y no dejes de sorprenderte.