Combatir y prevenir la halitosis

El mal aliento o halitosis es un problema de amplio espectro que se ha vuelto más y más importante debido a dos razones principales: los niveles de acidez cada vez mayores en la dieta diaria, donde azúcares, lácteos, alcohol y excesos de carnes rojas afectan todo nuestro sistema digestivo, y a la publicidad que los productos del mercado, que ha aumentado en las mismas proporciones.

Pero el mal aliento no sólo es un problema social. De hecho, para la mayoría de la gente ni siquiera lo es. Lo que sí es grave es que revela el estado de nuestros órganos internos y puede ser una señal de que, si no hacemos algo para mejorar nuestra salud, podemos enfrentarnos a problemas que van desde la caries hasta la diabetes.

Lo mejor es no utilizar productos que disfracen el mal olor, sino hacer algo para que el lugar donde éste se origina recupere su salud, elimine los agentes del mal olor y evitemos enfermedades.

Qué significa el mal aliento?

Un problema de halitosis puede tener distintas causas. Entre las causas pueden mencionarse:

Problemas bucales: El deterioro de las encías y dientes, así como la sinusitis, pueden provocar que restos de comida se alojen en la boca y causen mal olor. De la misma forma, un cepillado ineficiente, sobre todo antes de dormir, causa que los restos de los alimentos se oxiden y empiecen su putrefacción.

Estreñimiento: Si la comida pasa demasiado tiempo en nuestros intestinos y se mezcla, también ocasiona mal olor. Esto se nota no sólo en la boca, también puede haber problemas de olor corporal, ya que el cuerpo busca formas de expulsar las toxinas que se están acumulando.

Diabetes: La incapacidad del cuerpo para procesar y digerir los azúcares ocasiona que éstas se acumulen y nos den un aliento característico dulce y afrutado. Si lo detectas, puede ser señal de diabetes.

Problemas renales: Dan al aliento un característico olor ácido, similar al de la orina. También hay que considerar posibles problemas hepáticos y el consumo de medicamentos, que alteran el organismo y pueden resultar en cambios de PH u otros factores que cambian nuestro aroma.

La dieta: Naturalmente, una de las causas más comunes por las que padecemos mal aliento es lo que comemos. El exceso de condimentos, de carbohidratos, el cigarro y muchos alimentos pueden ocasionarnos mal olor bucal. Algunos suplementos, en especial los de vitamina B, también tienen un olor característico cuando se consumen en exceso.

Infección: Una manera de descubrir una infección es a través del aliento. Ya sea bucal, estomacal o de algún otro órgano del cuerpo, la infección puede notarse a través de la halitosis. Por otro lado, la acumulación de bacterias, principalmente en la boca, puede acelerar la descomposición de los alimentos causando mal olor, y también los desechos producidos por estas bacterias pueden volver desagradable el aliento.

Qué utilizar para combatir el mal olor?

• Clorofila Además de producir un olor agradable, la clorofila ayuda a regular la acidez del cuerpo y combate agentes extraños. Además, es antiséptico, por lo que eliminará la causa del mal aliento si ésta es bacteriana o si se debe a agentes externos en el organismo.
• Perejil Es un poderoso antibiótico que puede usarse de forma segura. Se recomienda agregarlo a jugos cítricos y beberlo de preferencia en ayunas. Combinado con piña, es un excelente tratamiento para las vías urinarias. También es útil si lo incorporas en tu dieta diaria, en sopas, ensaladas o para aderezar carnes y pastas.
• Mejora tu higiene bucal Muchas veces es tan sencillo como eso. Limpiarse los dientes justo después de comer hace que el efecto sea mayor, y evita el daño que causan alimentos como el café o el vino a los dientes. También considera cepillarte por más tiempo, o utilizar enjuagues e hilo dental. Si utilizas pasta dental hecha por tí, mucho mejor.
• Cuida tu alimentación Por lo general, el aliento, como la orina, son indicadores de algo que no pertenece al cuerpo. Si es dulce, se come demasiado dulce, si es ácido, se come demasiado ácido. Si huele a tu suplemento alimenticio o a tu multivitamínico, prueba reducir la dosis o sustituirlo por ingredientes naturales. Lo mismo con café, picantes o cebollas.