27 de junio de 2014

Edulcorantes

¿Son más perjudiciales los altos en sacarosa como la panela o los altos en fructosa como el sirope de agave?
Los altos en fructosa no son buenos. Se procesan directamente en el hígado, por eso no elevan el azúcar en sangre (al final si comes mucho sí), pero crean hígado graso, resistencia a la insulina  y obesidad. También causan “ataques” de hambre posteriormente.
Los altos en sacarosa (naturales) como el azúcar integral de caña, la panela, la melaza de caña, además de alcalinizantes producen saciedad y se metabolizan correctamente aportando energía inmediata a los músculos (lo que no ocurre con la fructosa, que debe pasar por un doble procesado), el xilitol o azúcar de abedul también da buenos resultados, pero es menos económico.
El azúcar de coco, si es procesado en frío o con poca temperatura (evaporación del agua de coco), también  es  saludable.
La fructosa no es mala en sí misma, son las enormes dosis que se consumen actualmente las que hacen que sea peligrosa. El metabolismo de la fructosa ocurre en el hígado, mientras que la glucosa es utilizada directamente por las células y solo en torno al 20% llega al hígado.
El cuerpo convierte las moléculas de fructosa en grasa para su almacenamiento, lo que eleva el nivel de triglicéridos en sangre y favorece la obesidad. También eleva el ácido úrico. El consumo excesivo de fructosa lleva al síndrome metabólico clásico: ganancia de peso, obesidad abdominal, alta presión arterial, niveles altos de glucosa en sangre, triglicéridos altos, descenso del colesterol bueno (HDL) y subida del malo (LDL).
Cuando se consumen alimentos con glucosa, el cuerpo segrega insulina que, a su vez,  inhibe una hormona llamada ghrelina, que es la que nos da apetito, y estimula la producción de leptina, hormona responsable de la sensación de saciedad. En otras palabras, la glucosa hace que se nos quite el hambre y paremos de comer.
Esto no sucede con la fructosa, la ghrelina sigue haciendo efecto y la leptina no aparece, en consecuencia el apetito se mantiene y seguimos comiendo.
El consumo de añadidos dulces sea panela, melazas.... crea dependencia porque genera energía muy rápido y nos hace encontrar bien. Después viene el bajón. Si despues de comer fruta te entra hambre es porque el organismo pide más, al no ser tan dulce como otros productos que usamos.
La mayor parte de los edulcorantes carecen de valor nutritivo y pueden ser perjudiciales para la salud si se toman en cantidades excesivas. El azúcar blanco sólo aporta calorías y un desequilibrio glúcido en la sangre. Los sustitutos sintéticos son sospechosos de causar graves enfermedades.
El uso del azúcar, al igual que la sal, tiene más que ver con una cuestión de placer que de necesidad. Los elementos más saludables contenidos en algunos edulcorantes, como las vitaminas o minerales, se obtienen mejor de otros alimentos, como los cereales o las legumbres. Cualquier tipo de edulcorante contiene grandes dosis de azúcares simples (de cadena corta) que aumentan los niveles de glucosa en sangre y perjudican la salud. Así que, si no podemos privarnos de endulzar nuestros platos o bebidas favoritas, mejor echar mano de las alternativas naturales del mercado. Con este artículo analizamos todas las posibilidades, sus ventajas e inconvenientes y cuál es nuestra opción favorita.
Edulcorantes naturales y sintéticos
Ya que ningún edulcorante, a excepción de la stevia, es beneficioso para la salud, lo mejor sería satisfacer nuestra necesidad de endulzar determinados alimentos con edulcorantes naturales de procedencia biológica. No debemos olvidar la gran controversia que existe con respecto a algunos famosos edulcorantes sintéticos, como el aspartamo o la sacarina, cuyo peligroso efecto en la salud ha quedado ampliamente demostrado en infinidad de investigaciones.
Al menos los edulcorantes naturales no poseen sustancias químicas cancerígenas y contienen fibra, algunas vitaminas y minerales saludables, aunque desde luego en proporciones infinitamente menores que otros alimentos como los cereales, las legumbres o los vegetales. Los edulcorantes naturales contienen, fundamentalmente:
o  Hidratos de carbono: sobre todo azúcares simples, los más perjudiciales para salud y especialmente para la diabetes, ya que su ingesta provoca un rápido aumento del nivel de glucosa en sangre. Los cereales o las legumbres, en cambio, poseen hidratos de carbono de absorción lenta que son los que el organismo puede utilizar como fuente eficiente de energía y que no descompensan la glucosa sanguínea.
o  Algunas vitaminas y minerales: pero en proporciones bastante insignificantes comparado con otro tipo de alimentos.
Es decir, el uso de edulcorantes tiene que ver con el capricho y no con una necesidad nutricional. Por lo tanto es mucho mejor consumir cualquier edulcorante natural con moderación.
Stevia, el mejor edulcorante
La stevia es una bonita planta cuyas hojas proporcionan un sabor hasta 300 veces más intenso que el azúcar, con la ventaja de no contener ninguna caloría y ser altamente beneficiosa para la salud, como muchos estudios científicos advierten. Este edulcorante natural se utiliza desde hace años en Sudamérica, Asia, China y Japón. Su aprobación para el consumo en Europa se retrasó por el afán proteccionista de algunas multinacionales propietarias de edulcorantes sintéticos. Puesto que se trata de una planta, ninguna empresa puede conseguir la patente. De ahí el problema para encontrar financiación y realizar los estudios pertinentes para su aprobación.
Además, según algunos estudios, la stevia regula la diabetes y la hipertensión, y además adelgaza. Es un edulcorante perfectamente recomendado para personas diabéticas, dura mucho tiempo, no se transforma con altas temperaturas y no es adictivo. De todos los edulcorantes naturales disponibles en el mercado, la stevia es sin duda el más saludable, aunque hay que acostumbrarse a su intenso sabor con cierto toque a regaliz.



Azúcar de caña integral o de rapadura
Este edulcorante se obtiene evaporando el jugo de la caña por calentamiento o liofilización. De todos los tipos de azúcar es el más saludable, pues contiene algunos minerales y vitaminas cuando se respeta el proceso artesanal de fabricación.
Cuando compremos azúcar de caña integral debemos asegurarnos de que sea auténtico, pues el azúcar moreno lleno de aditivos que se vende en los supermercados convencionales no tiene nada que ver con el de verdad. Ni el color, ni la textura, ni sus propiedades, ni el procedimiento de obtención industrial. Comprueba personalmente las diferencias.
El verdadero azúcar de caña integral no es marrón, sino que tiene un color ligeramente tostado y se apelmaza con facilidad al contacto con la humedad. Lo encontraremos en tiendas especializadas en productos biológicos, sólo tenemos que aprender a comprar ecológico. El azúcar integral de caña es uno de los edulcorante más ricos en vitaminas y minerales.
Las melazas de cereal
Las melazas se obtienen a través de un proceso de fermentación de diferentes cereales, sobre todo del arroz y la cebada. Al tratarse de un producto fermentado, su digestibilidad es mayor y contienen, al igual que el azúcar de caña integral, cierta cantidad de vitaminas y minerales provenientes de dichos cereales. Además, si han sido elaboradas con temperaturas inferiores a los 70º, contienen propiedades enzimáticas, por lo que es importante conseguirlas de buena calidad.
Endulzan algo menos que el azúcar y son bastante suaves al paladar. Sin duda son un buen sustituto del azúcar blanco (completamente carente de nutrientes), sobre todo para la población infantil.
La miel
La miel es un producto que elaboran las abejas a partir del néctar de las flores y puede contener en su composición hasta 150 elementos diferentes. Aunque contiene vitaminas y minerales, lo cierto es que la mayor parte de esos componentes son, al igual que otros edulcorantes, azucares simples con los mismos inconvenientes que hemos visto antes.
La miel es un edulcorante muy natural y sobre todo delicioso, pero también debemos consumirla con moderación.
Sirope de agave
El sirope de agave se ha puesto muy de moda últimamente pero la información es bastante contradictoria, dependiendo de las fuentes que se analizan, y no existen muchos estudios sobre sus cualidades nutricionales.
Este sirope se obtiene a partir de una planta muy parecida al aloe vera originaria de América Latina. En primer lugar, se obtiene el jugo de la planta, que los mexicanos consumen como bebida refrescante. Luego se fermenta y se obtiene el pulque. Del pulque, a través de un proceso enzimático, se obtiene esta sustancia parecida a la miel.
Su complicado proceso de fabricación así como las altas temperaturas a las que se somete son argumentos que defienden algunos detractores. Aunque se trata de una buena alternativa para veganos, para el resto de personas la miel es, sin duda, una opción parecida mucho más natural y saludable.
Sirope de arce
El arce es un árbol que crece sobre todo en Canadá y la parte norte de Estados Unidos. Su sirope se extrae a partir de la evaporación de la savia de este árbol. Comparado con el sirope de agave, su producción es mucho más sencilla y natural, por lo que constituye una mejor alternativa. No obstante, también contiene una gran cantidad de azúcares simples y tan solo un 0,7% de minerales.
Fructosa
La fructosa es un azúcar simple que proviene de algunos vegetales, sobre todo de la fruta. Pero la fructosa que encontramos en el mercado se consigue mediante un proceso enzimático a partir del azúcar blanco. Sin embargo, provenga de donde provenga, lo cierto es que se trata de un elemento carente por completo de nutrientes como vitaminas, minerales o fibra.
La única ventaja de la fructosa es que puede ser mínimamente tolerada por personas diabéticas, ya que no desestabiliza bruscamente los niveles de azúcar en sangre.
Conclusiones
Como hemos visto, la mayor parte de los edulcorantes, aunque sean naturales, no contienen apenas valor nutritivo y pueden ser perjudiciales para la salud si se toman cantidades excesivas. El azúcar blanco es un producto que sólo aporta calorías y desequilibrio glúcido en la sangre y los sustitutos sintéticos son sospechosos de causar graves enfermedades. Así que, si no podemos privarnos de endulzar algunos de nuestros platos o bebidas favoritas, mejor echar mano de las alternativas naturales que existen en el mercado. Los mejores, la stevia y el azúcar de caña integral.
Para cuidar nuestra salud, debemos optar por los edulcorantes naturales menos perjudiciales y huir siempre del venenoso aspartamo y de los productos light.

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